Cazadores de Baza y Caniles se unen a las plataformas de afectados en contra de la megaplanta fotovoltaica Ququima

La central fotovoltaica afectará a las especies y terrenos cinegéticos de 6 cotos de caza privados.

Redacción  |  6 de mayo de 2021
Reunión informativa en Caniles donde también asistieron los cazadores afectados (ALJISUR)
Reunión informativa en Caniles donde también asistieron los cazadores afectados (ALJISUR)

Los cazadores de la comarca de Baza se han puesto también en pie de guerra, junto a los afectados de la Plataforma Di No a las Torres, en contra de la megaplanta fotovoltaica Ququima, que ocupará más de 700 hectáreas de sus cotos privados de caza y que está actualmente en información pública, tras los errores de la primera publicación.

Son seis los cotos afectados por la central eléctrica entre los municipios de Baza y Caniles, en concreto: Las Yeseras, Cortijo Nuevo, Las Canteras, Cuevas del Sargento, Las Capellanías y Cantarranas, estos dos últimos con aprovechamientos tanto de caza menor como de caza mayor.

 

Según los planes técnicos, se trata de cotos privados de caza en cuyos hábitats se crían y desarrollan especies tan emblemáticas como el conejo, la liebre, la paloma torcaz, codornices, perdices, ánades, zorro, etc. Y en cuanto a la caza mayor, el jabalí, incluso la cabra montesa.

El titular y presidente del coto Cuevas del Sargento (GR-11697), Félix Martínez, ha expresado su disconformidad con el proyecto Ququima, ya que el Estudio de Impacto Ambiental no hace ni alusión a la afección que tendrá sobre estos terrenos cinegéticos. El coto tiene una extensión de poco más de 300 hectáreas y la central fotovoltaica ocupará sobre el mismo una superficie de más de 80 hectáreas valladas, por lo que el coto desaparecerá, ya que según la normativa de la Junta de Andalucía, no se permiten cotos de caza con superficie inferior a 250 hectáreas. Por ello, el presidente del coto ha indicado que “se perderá una actividad cinegética aprovechada por los vecinos que han vivido aquí durante siglos, así como las actividades económicas relacionadas”.

Por su parte, Juan Gallardo, presidente del coto Cantarranas (GR-10775), ha manifestado que la megaplanta Ququima supone una reducción de más de la mitad de sus terrenos cinegéticos y ha indicado que “la central eléctrica supone la pérdida de la conectividad del coto, es decir, debido a los vallados no podemos pasar de un lado a otro del coto, las especies cinegéticas se van a perder y por lo tanto se pierde la actividad económica que supone este coto en la comarca”.

La implantación de la megaplanta fotovoltaica, supone a su vez la pérdida del hábitat y de refugio de muchas especies de fauna cinegética, tal es el caso de la liebre. Si bien la zona es el hábitat de la especie ibérica (Lepus granatensis), los inviernos duros es zona de refugio de otras especies o subespecies mucho más escasas (posiblemente Lepus europaeus o Lepus capensis), por lo que estas últimas serán desplazadas por la central eléctrica.

La actividad cinegética tiene un papel importante en el control de las sobrepoblaciones puntuales de algunas especies que pueden causar daños en cultivos, sobre el ganado doméstico, contagio de enfermedades, daños sobre infraestructuras, accidentes de tráfico, o hace que algunos ejemplares deambulen por núcleos urbanos con los posibles daños que esto puede ocasionar. De igual forma, la caza contribuye al control de especies invasoras.

Según indican los titulares de los cotos de caza, presentarán alegaciones a la megaplanta solar Ququima, ya que es incompatible con las actividades cinegéticas y supondrá una grave pérdida de especies silvestres autóctonas y sus hábitats. 

 

 
 
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